viernes, 28 de mayo de 2010

Juegos de Niños


Hoy está lloviendo a cantaros, todo está a oscuras y el agua está más fría de lo normal, es la primavera, ella tan hermosa y orgullosa no puede pasar sin cacarear que sus lluvias son más fuertes que su hermano otoño, sus flores más hermosas que en verano y con bastante mejor temperatura que el invierno, no, no soporto la primavera.
Como es un buen día de leer en casa en tranquilidad, he desempolvado mi libro de El Juego de Ender, de Orson Scott Card. Conocía a este autor por medio de su libro llamado “Traición(y que no puedo localizar para e-book así que agradecería que alguien me dijera donde conseguirlo si lo sabe), un libro que si bien como ciencia ficción está poco trabajado, es decir, su ciencia ficción es demasiada ficción y poca ciencia, pero tiene un trasfondo tan profundo que parece que te vayas a caer en él y nunca volver (cosa que por otro lado me encanta). Busqué entre los libros de dicho autor y encontré que la Saga de Ender era de las mejor valoradas así que me lo dejaron y me lo leí (unos días después me lo compré). Me quedé sin palabras, ha sido un libro que me ha llegado como muy pocos, el personaje de Ender era a la vez odioso y amado, me daba lástima y asco y pena y cariño y enfado. El mundo de donde venía Ender no me resultaba menos contradictorio. Un mundo cruel, pero hermoso, con gentes duras, pero que protegen a los débiles, sin dejar de experimentar con niños, pero que salvan vidas, pero que las quitan si se les obliga. La sinopsis, Ender, un niño de unos 6 años, es reclutado por el ejército para convertirse en un futuro líder militar. En la escuela comparte su educación con otros tantos niños que han sido reclutados como soldados en una escuela dura y cruel, que les arrebata cada centímetro de la infancia sin ningún pudor. Para los militares jefes de dicha escuela, todo por lo que pasan los niños es justificable, ya que una raza de alienígenas quiere acabar con ellos. Por otro lado están los super-inteligentes hermanos de Ender, que intentarán cambiar el mundo desde los recursos de unos niños de unos pocos años más que su hermano militar. Es un libro duro y cruel, seguramente por la empatía que nos dan unos pequeños niños, que luchar a muerte por el día y lloran su infancia perdida por las noches. A saber la de trastornos mentales que tendrían esos niños si llegan a superar esa etapa de su vida, no es difícil pensar que Ender acabe siendo como es en los siguientes libros de la saga.

Ahora, hablando del libro. Quizas su forma no sea perfecta, aunque en línea con lo que escribe Scott Card, pero da en el centro de todos los sentimientos que pueda tener una persona. Ves a un pobre niño, que tiene que crecer en un hogar que tiene sentimientos encontrados contra él, lo quieren, pero no lo desean. Su hermano mayor le envidia, su hermana le tiene compasión, en el colegio lo discriminan y se meten con él. Ahí es donde empezó su entrenamiento, cuando ves que lo enfrentan a su primer enemigo y lo que piensa un Ender de 6 años “Tengo que acabar de una sola vez para que nadie vuelva a meterse conmigo” y ahí comienza una serie de asesinatos cometidos por Ender, que muchas veces desconoce haber cometido y que siempre han sido provocados por el jefe militar para prepararlo para otra gran matanza. Básicamente esta primera muerte es la que empieza y acaba con el libro, fue ese pensamiento de un Ender, que en realidad está derrotado, no físicamente sino psicológicamente, que dice “no aguanto más, todo se tiene que terminar, pero se tiene que terminar para siempre” el que pulsó el botón de la bomba que haría de Ender el mayor genocida de toda la historia, todo eso un niño que apenas tenía 10 años. Era cruel ver a Ender elegir entre sus amigos, para darse cuenta que habían dejado de ser sus amigos a ser su escuadra, como se sentía cuando recordaba a su amigo Alai que le susurraba las palabras prohibidas “Salam”. El lado contrario de Ender era su hermano Peter y su hermana Valentine. Impensable duo pero a la vez bastante lógico (quizás demasiado previsible, estaba claro desde el principio que el duo Valentine-Peter saldría vencedor) el cruel, provocador pero carismático Peter se hace con el control de un país gracias a la inteligente, demagoga pero piadosa Valentine, a la que “expulsa” de la Tierra cuando la guerra termina. Esta historia para mi gusto no tiene mucho interés, ya que no tiene acción, salvo dos o tres problemas que se solventan con facilidad el resumen es “Peter y Valentine se hacen pasar por expertos y consiguen que Peter se haga con el poder”, era indudable que para ellos el mundo no era más que un nido de hormiguitas.
Despues de El Juego de Ender existe una gran saga. La de los pequeninos, compuesta por La Voz de los Muertos, Ender el Xenocida e Hijos de la Mente, es menos conocida, con menos fama y peor crítica. Se trata de un Ender muy diferente al del primer libro, un Ender de más de treinta años, serio y sincero hasta lo ofensivo, lucha en una guerra interior al sentirse culpable de la muerte de los Insectores, intentando retribuirles el perjuicio con un nuevo planeta que puedan colonizar. Es una buena saga, pero muy diferente, si quereis seguir leyendo algo como El Juego de ender, es recomendable el libro de Bean “La Sombra de Ender” donde cuentan la aún más dura (y menos creíble) historia del segundo al mando de Ender, el pequeño Bean. Dicho libro pertenece a una segunda saga paralela, la cual aún no he podido terminar, compuesta por: La sombra del Hegemón, Marionetas de la Sombra, La sombra del Gigante y el todabía no publicado Shadows in Fligths

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