lunes, 20 de septiembre de 2010

De viaje por Albión

Me marcho de viaje a Londres, a ver mares más salados y fríos. Por ello estoy ojeando la Biografía de Tolkien de Michael White, ya que uno de los lugares que he elegido para pasar unos días es Oxford. Estaba riéndome un rato de como el Maestro volvía locos a los editores, como Stanley Unwin, cuando se dedicaba a retocar y retocar los escritos, ya que todo tenía que estar perfectamente atado y bien atado. O como Thorin Escudo de Roble se llamaba Gandalf!! pero es que Gandalf se llamaba Bladorthin...; o como tenía sus sospechas que Narnia y otros cuentos de C.S. Lewis tenían cierto “aire Tolkiendili” (muajajaja). Bueno, pondré aquí las fotos de todos los lugares que pueda visitar que tuvieron que ver con el Maestro. Solo quiero escribiros una crítica de C.S. Lewis a El Hobbit.

Los amantes de esa clase de libros infantiles que los adultos pueden leer una y otra vez debería tomar nota de que en esta constelación ha aparecido una nueva estrella. Al lector experimentado algunos de los personajes le parecerán casi mitos […]. Tolkien no da la impresión de haber inventado este cuento. Ha estudiado a los trolls y a los dragones de primera mano, y los escribe con una fidelidad capaz de suplantar montañas enteras de hueca originalidad

The Times, 8 de octubre de 1937

Solo basta eso para entender como de grande es la obra de un Maestro de las letras, al que pueden envidiar la grandísima mayoría de los escritores de fantasía.

Para el avión y los trenes me llevo en la mochila El Señor de las Moscas y Por qué somos como somos, de momento el segundo me está pareciendo un fantástico libro científico para los pobres que no estamos versados en conocimientos de biología o tecnologías muy extensos.

Enlace a fotografías de lugares de Oxford que tienen que ver con Tolkien

viernes, 10 de septiembre de 2010

Memorias de Idhún

Hasta el post que había escrito sobre esta trilogía me parece demasiado.

Simplemente diré que regalo trilogía de Memorias de Idhún a Fans de Crepúsculo, quien lo quiera que contacte conmigo.

Un libro mas o menos construido


Antes de hablar me gusta ver que es lo que otra gente opina de los libros. Entre las primeras críticas que aparecen sobre La Fisiognomía encontré la de Xavier Riesco y la verdad, después de leerla se me presentó el protagonista del libro de Jeffrey Ford, el Fisiognomista de primera Cley y Bernard Marx de Un Mundo Feliz mirándome a través de la crítica de Xavier y diciendo “si, es una Beta, está claro, mira la separación entre las pupilas y los hoyuelos cuando ríe” – “si, no tiene nada que hacer después de lo que ha dicho ese Alfa”, lástima que no exista ni el soma ni la belleza pura. De cualquier forma, beta o no, seguiré comentando que es lo que me ha parecido este libro y dejaré los estudios a los que de verdad entienden de literatura.

Dicen las leyes de Murphy que nunca sabes el fondo de un charco hasta que no has metido el pie en él, puedo decir que con La Fisiognomía de Jeffrey Ford pasa eso, incluso metí el pie y no llegué al fondo. El libro en sí, sin mirar su trasfondo (del cual ahora hablaré un poco) es bastante tonto, pero claro… que libro con profundidad no lo es…, no mal interpretarme si coges la trama (si es que hay una) es tonta, pero es como decir “A quien le importa la vida si al final te mueres”, lo mejor del libro es el leerlo, no la historia en sí.

Tenemos un protagonista (Cass Cley) que me ha dado asco como pocos lo han hecho, otra vez no me mal interpretéis, el protagonista es un gollum (en mi idioma "que da asco por que ese es su fin") por que ese es su objetivo y el libro trata sobre sus pecados y su redención. No recuerdo muy bien el final de Un Mundo Feliz, pues hace mucho que lo leí, pero me recordó bastante. Un supuesto genio viaja desde una ciudad gobernada por la tiranía a otro lugar, alejado, místico, raro, que hace que toda la historia cambie. Bueno, Bernard era un inconformista desde el principio y a Cley le cuesta un poco más. Cley es fisionomista y ello conlleva ser prácticamente juez y jurado en una ciudad, llamada La Ciudad Bien Construida, gobernada por esta ciencia, que arrancó la religión y que divide a la población como si fueran Alfas, Betas o, como en este libro, Ceros. Al menos en Un Mundo Feliz a las mujeres nos daban una oportunidad, pero según este libro las mujeres siempre seremos mas tontas. El soberano de la ciudad envía a Cley a resolver un robo en un alejado pueblo, en donde se dará cuenta que la fisiognomía no es muy útil y abrirá los ojos hacia el verdadero mundo en el que vive.

Destapemos el libre (esta parte es la que más me gusta) Tenemos a Cley enamorado de una muchacha que termina siendo la ladrona de una fruta que, suponemos, da la inmortalidad. La chica en cuestión, llamada Arla, es operada por Cley para quitarle los rasgos que la convierten en ladrona y acaba destrozándole la cara tanto, que es mortal mirarla a la cara. La fruta la econtraron en una mina custodiada por una momia que de pronto revive. Dicha momia (al que llaman el viajero), Arla, su bebe y la fruta acaban en manos del soberano, que se queda la fruta para vivir por siempre y a los susodichos para mostrarlos como en una feria. Cley, viendo su error, pasa un tiempo preso, un tiempo que le da para pensar y arrepentirse. Al cabo de un tiempo el soberano lo perdona y lo convierte en su hombre de confianza (no tiene sentido…), al comerse la fruta el amo se encuentra mal (¿indigestión? Si, ya se… es más profundo, pero al menos que le den coherencia desde el principio) y le dan unos dolores de cabeza tan grandes que hace estallar los edificios de la ciudad, para que la población no lo sepa lo hace pasar como una revuelta, aunque en realidad Cley está metido en una especie de “revolución” que si existe en realidad. Cley encuentra a Arla y demás y tras grandes esfuerzos consigue salvarlos, dejarlos libres, que el amo desaparezca y que todos sean felices y coman perdices en un pueblecito creado cerca de la ciudad bien construida.

Me parece fantástico que a veces la realidad sea menos real que el sueño, que el libro sea la redención de nuestro protagonista y su lucha contra un mundo opresor y mecánico, en pos de un mundo natural y de respeto mutuo. Pero lo que no me gusta es que me lien, si es blanco es blanco, si es negro es negros, el blanco puede ser gris y después negro, pero no “la fruta da la inmortalidad… menos al jefe, que le hace explotar la cabeza” ¿perdón? Dale más coherencia hombre, algo más explicativo.

Bueno, el libro no es espectacular y solo te entretendrá si eres un Alfa o un Beta espabilado. No es tan ciencia ficción como libro kafkiano, así que lo dejare en mi biblioteca de pdf, pero no se encontrará en la de papel. Si queréis meteros en el charco, os aconsejo la crítica de Xavier Riesco.